El Tribunal Supremo acaba de dejarlo claro y negro sobre blanco: cuando se trata de préstamos entre particulares, sobre todo en familia, que es lo más común, Hacienda ya no se conforme con un simple contrato privado. En una sentencia del 27 de noviembre, el Supremo refuerza el criterio de la Agencia Tributaria: para justificar el origen del dinero que ingresa en una cuenta bancaria, no basta con enseñar el papel del préstamo. Hace falta demostrar, de forma completa, de dónde sale el dinero y cómo llega a su destino.
Esto afecta sobre todo a quienes piden ayuda a sus padres para comprar su primera vivienda, algo muy habitual. Pero ojo, porque la sentencia no solo habla de papeles, sino de pruebas reales y rastreables. Préstamos familiares y Hacienda: lo que pide el Supremo para librarse de sanciones
Aquí la Sala de lo Contencioso-Administrativo no deja lugar a dudas. Para que Hacienda no considere ese ingreso como una ganancia patrimonial no justificada (y te caiga un buen susto), no solo tienes que demostrar que el préstamo existe en el papel, sino que el dinero se movió de verdad. No vale con un contrato firmado: hay que probar que el dinero salió de la cuenta del que presta, pasó por un medio identificable (una transferencia, por ejemplo) y entró en la cuenta del que recibe el préstamo. Todo debe cuadrar: fechas, cantidades y movimientos. Sin esa cadena clara y documentada, Hacienda puede tumbar la justificación. La importancia de la trazabilidad del dinero
La sentencia marca un antes y un después en las inspecciones. Si los ingresos llegan en efectivo o usando métodos poco claros, demostrar que de verdad son un préstamo familiar se vuelve casi imposible. Solo si puedes enseñar, paso a paso, de dónde salió el dinero y cómo llegó al destinatario, Hacienda lo aceptará como préstamo. El Supremo dice que la trazabilidad no es un requisito formal aislado, pero sí la prueba más sólida si quieres demostrar la realidad del préstamo.
Las consecuencias de no justificar el dinero ante Hacienda
Si Hacienda detecta ingresos en una cuenta que no ha declarado, te pedirá explicaciones. Puedes decir que viene de un préstamo familiar (que no paga Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales), pero si no demuestras claramente la trazabilidad y la realidad del préstamo, Hacienda puede aplicar el artículo 39 de la Ley del IRPF y considerar ese dinero como ganancia patrimonial no justificada. Esto significa que tendrás que sumar ese dinero a la base general del IRPF, no a la base del ahorro, y pagar los tipos más altos, que en algunas comunidades superan el 50%. Además, tendrás que pagar intereses de demora y afrontar sanciones que pueden ir del 50% al 150% de la cuota resultante. Por qué el contrato de préstamo ya no basta por sí solo
El Supremo cierra la puerta a una práctica muy extendida: tratar de “legalizar” ingresos ya realizados presentando después un contrato privado de préstamo. Ese papel sigue siendo necesario, sí, pero ya no es suficiente si no lo acompañas de pruebas objetivas que demuestren que el dinero realmente se movió y que ese movimiento coincide con el ingreso quete cuestiona Hacienda. Tampoco puedes usar un solo contrato para justificar varios ingresos sin demostrar claramente que cada cantidad viene del prestamista. El caso concreto que juzgó el Supremo
Todo esto viene de un caso real: la Agencia Tributaria detectó varios ingresos importantes en las cuentas de unos contribuyentes y, para justificarlos, estos presentaron un contrato privado de préstamo firmado con un familiar. Hacienda aceptó las transferencias que llegaban claramente del prestamista, pero rechazó los ingresos en efectivo y cheques, porque no se podía ver quién los había hecho ni había un movimiento equivalente que los respaldara. Tanto el Tribunal Superior de Justicia de Asturias como el Supremo dieron la razón a Hacienda. Tres requisitos imprescindibles para evitar problemas
El Supremo resume su doctrina en tres puntos que deben cumplirse juntos:
Identificar el origen de los fondos, incluyendo quién los entrega y cómo se transmiten.
Primero, necesitas tener bien acreditado el título jurídico, como un contrato de préstamo que realmente justifique la operación. Además, es clave demostrar que la transmisión de dinero ha sucedido de verdad, normalmente con una trazabilidad bancaria clara y coherente.
En realidad, el foco está justo en este punto: si no puedes probar que el dinero se movió de una cuenta a otra, Hacienda va a presumir que se trata de una ganancia patrimonial no justificada, y esa presunción no se quita fácilmente.
¿El problema? Cuando Hacienda considera un ingreso como ganancia patrimonial no justificada, el golpe fiscal puede ser duro. Este tipo de ganancias tributa dentro de la base general del IRPF, se suma a tu salario, pensión o cualquier otro ingreso, y puede llevarte directamente a los tramos más altos del impuesto, dependiendo de lo que ganes.
El Tribunal Supremo ha dejado claro que el artículo 105 de la Ley General Tributaria pone sobre tus hombros la carga de demostrar que el dinero tiene un origen legal.
Hay errores bastante comunes que llevan a Hacienda a rechazar un préstamo familiar. Los más típicos son: entregar el dinero en efectivo, sin dejar rastro en el banco; firmar el contrato después de haber recibido el dinero; usar un contrato demasiado genérico para justificar varios ingresos diferentes; que la cantidad prestada no tenga sentido con la capacidad económica del prestamista; o no declarar el préstamo ante la comunidad autónoma, aunque esté exento, lo que hace que la operación pierda credibilidad si llega una inspección.
A la hora de planificar bien un préstamo entre familiares, la jurisprudencia del Supremo es clara: no basta con la documentación, también tienes que demostrar, de forma coherente y acreditable, que hubo una transferencia bancaria real. Así que, para evitar problemas, el contrato, los movimientos de dinero y la cronología de las operaciones deben cuadrar perfectamente. Si no puedes demostrar todo esto con claridad, te expones a una regularización, sanciones y una carga fiscal mucho más alta.
¿Se pueden regularizar los préstamos familiares antes de una inspección? Sí, a veces es posible poner en orden la documentación y formalizar bien la operación antes de que llegue una inspección, siempre que tengas pruebas objetivas de que el préstamo es real. Si no tienes esa prueba, resulta muy difícil evitar la regularización y las sanciones.