Con los precios de la vivienda subiendo y el acceso al mercado inmobiliario cada vez más complicado para muchos, varios expertos insisten en que hace falta tomar medidas. Una de las opciones sobre la mesa es reducir o incluso eliminar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP), que en Cataluña resulta especialmente alto.

No es una idea nueva. Hace años que algunos profesionales piden cambios en el ITP catalán. Gonzalo Bernardos, economista, lo tiene claro: “Si las comunidades autónomas quieren facilitar la compra de vivienda, sobre todo a quienes compran por primera vez, lo más efectivo sería bajar o quitar el ITP. Así se lograría una fiscalidad más justa y un mercado más accesible.”

Juan Ignacio Gorospe, catedrático de Derecho Financiero y Tributario en la Universidad CEU San Pablo, está de acuerdo. “Sí, los impuestos se pueden bajar. Cataluña tiene tipos muy altos para Transmisiones Patrimoniales Onerosas. Solo hay que mirar Madrid, donde el tipo es un 6%.”

En Cataluña, en cambio, los tipos son progresivos y han subido hasta el 13% desde el 27 de junio de 2025. La escala es así: hasta 600.000 euros, 10%; los siguientes 300.000, 11%; los 600.000 después, 12%; y a partir de 1.500.000, el 13%.

Gorospe pone un ejemplo claro: si compras un piso de 500.000 euros, pagas 30.000 en Madrid y 50.000 en Cataluña. En una vivienda de 2 millones, en Madrid se pagan 120.000 euros y en Cataluña 230.000. Más del doble.

Y aún hay más trabas. Desde el 27 de junio de 2025, también entra un tipo del 20% para las transmisiones de viviendas cuando el comprador es un gran tenedor (personas o empresas con más de 10 viviendas o más de 1.500 m2 de uso residencial en Cataluña, o quienes tienen cinco o más viviendas en zonas de mercado tensionado). Este tipo especial también aplica si se venden edificios enteros, tengan o no división horizontal.

¿En qué cambiaría todo esto? Si se reduce o se elimina el ITP en Cataluña, los expertos ven una oportunidad real para mejorar el acceso a la vivienda. Dicen que el acceso a una casa sigue siendo uno de los retos económicos más grandes en España, sobre todo para los jóvenes, y el ITP es uno de los principales frenos, situándose en muchos casos por encima del 10% y entre los más altos de Europa.

Gorospe añade que, si se bajara tanto el ITP como el AJD, se facilitaría la compra de pisos. “Eso haría que subieran las ventas y animaría el mercado inmobiliario. Pero el problema de fondo sigue siendo la falta de suelo. Habría que liberalizarlo en toda España.”

El profesor también explica por qué Cataluña mantiene estos impuestos tan altos: aplican una política fiscal expansiva, no quieren recortar gastos y, por eso, suben los impuestos. Además, cuando aumentan los ingresos, suele crecer el gasto porque se crean estructuras que hay que mantener.

Aun así, Gorospe insiste en que bajar el tipo no tiene que suponer menos recaudación. Si se venden más casas, puede que incluso suban los ingresos del impuesto. Lo mismo pasa al revés: si se suben mucho los impuestos, al final puede caer la recaudación. Es la famosa curva de Laffer: subir demasiado los impuestos puede ser contraproducente, y bajarlos en ciertos casos puede animar la economía.

El gobierno catalán, por su parte, justifica estos tipos altos diciendo que así regulan el mercado, luchan contra la especulación y ayudan a los colectivos más vulnerables con tipos reducidos solo para ciertos grupos y viviendas habituales de bajo valor. Por ejemplo, aplican un tipo del 5% para jóvenes de 35 años o menos que compran su primera vivienda, siempre que sus bases imponibles no superen los 36.000 euros y el piso cueste hasta 300.000 euros. También hay condiciones especiales para familias numerosas, monoparentales, personas con discapacidad y víctimas de violencia machista.