La inversión inmobiliaria fraccionada permite a múltiples personas compartir la propiedad de un inmueble. Cada inversor adquiere una parte proporcional del activo (por ejemplo, el 5% de un piso), obteniendo:
- Derecho a una porción de los ingresos por alquiler.
- Participación en la revalorización si se vende el bien.
Claves en Cataluña (especialmente Barcelona):
Acceso a un mercado restrictivo: Con precios que superan los 4.000 €/m² en Barcelona y dificultad para obtener crédito, esta fórmula abre oportunidades a:
- Jóvenes sin ahorros suficientes.
- Autónomos o profesionales que alquilan pero quieren invertir.
- Inversores que buscan exposición al sector sin gestión operativa compleja.
Más allá de segundas residencias: Aunque surgió en entornos vacacionales, ahora se aplica a vivienda habitual, impulsando proyectos de *coliving* u obra nueva.
Beneficios:
- Entrada económica accesible (sin hipoteca personal).
- Gestión simplificada mediante plataformas digitales.
- Diversificación del riesgo.
¿Es la solución al problema de vivienda?
No sustituye el alquiler ni la propiedad tradicional, pero ofrece una vía intermedia con impacto indirecto:
- Atrae capital hacia proyectos residenciales.
- Facilita la creación de nueva oferta.
- Democratiza el acceso a un mercado históricamente excluyente.
Perspectiva de futuro:
Su crecimiento en Cataluña dependerá de una regulación adaptada y la solidez de las plataformas. Si bien no resuelve el desafío habitacional estructural, amplía las opciones de participación en un mercado bajo presión.